Desde hace un año, la Dirección Provincial de Biodiversidad de la Secretaría de Política Ambiental desarrolla acciones tendientes a preservar la integridad
y conservación de ejemplares autóctonos, como el árbol típico de la provincia de Buenos Aires: el tala.
“Una buena idea es comenzar a asesorarse para plantar en nuestros jardines árboles nativos, propios de la flora nativa de nuestro país. Esta es la época en que se plantan esos árboles”, indicó el director provincial de Preservación de la Biodiversidad de la Secretaría de Política Ambiental, Alejandro Malpartida.
“Plantar un árbol es una tarea de relevancia educativa en varios sentidos, de hecho en estos tiempos cobra gran importancia, no sólo por su significado ambiental, sino porque permite introducir a los niños, en el conocimiento y la práctica de una tarea a largo plazo”, agregó el especialista de la SPA.
En este marco, Política Ambiental proyecta la creación de la Mesa de Conservación del Bosque Nativo y también su fecha de celebración para la Provincia de Buenos Aires.
Un especie nativa: el talar
Los talares son el hábitat propicio de una fauna variada: más de 200 especies de aves encuentran alimento y refugio. En tanto, la vegetación nativa sirve de alimento a las larvas de unas sesenta especies de mariposas. Además, en los talares abundan las enredaderas y plantas epífitas como los claveles del aire.
Especialistas de la SPA recomiendan la forestación de árboles nativos en jardinismo, paisajismo y parquización ya que estas especies requieren menos riego y es la flora más adecuada para dar alimento y posadero a las aves autóctonas.
En ese sentido, Malpartida explicó que es necesario “averiguar qué altura puede alcanzar el árbol elegido. Los pequeños son ideales para veredas angostas y zonas de denso cableado. Los de porte grande son preferidos en las plazas, parques y avenidas”.
“Hay que recordar que los árboles caducifolios, que pierden las hojas en otoño, permitirán el paso del sol en invierno, mientras los árboles perennes, o de follaje permanente, darán sombra todo el año”, indicó el doctor en Ciencias Naturales.
Además, Malpartida señaló que se deberá calcular la distancia adecuada entre el lugar de plantación y los cimientos y paredes cercanos, “ya que las raíces ocupan bajo tierra un espacio equivalente al de la copa. Es como tener un árbol al revés debajo del suelo”, agregó.
Los árboles de copa ancha cuyas ramas tienden a crecer hacia los costados, deberán plantarse a mayor distancia que los de ramificación erguida, cuyas ramas crecen hacia arriba.
29 de agosto: día del árbol
El primer país del mundo en instituir un día del año como "Día del árbol" fue Suecia, en el año 1840, cuando comenzaron a tomar conciencia de la importancia que tenían sus recursos forestales y del cuidado que se debía brindar a los árboles.
En Argentina, el principal impulsor de la actividad forestal fue Domingo Faustino Sarmiento quien dedicó parte de su quehacer a fomentar la forestación. Los conceptos de Sarmiento encontraron respuesta muchos años después, cuando el 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación, instituyó en esa fecha el "Día del Arbol", y cuyo festejo se concretó a partir de 1901.
VARIOS MOTIVOS PARA PLANTAR UN ARBOL
Los especialistas de la SPA aseguran que los árboles implantados en las ciudades brindan una cantidad de beneficios entre los que se puede citar:
- Filtran la tierra y el polvo entre sus hojas.
- Protegen y dan refugio a las aves que, al mismo tiempo, se alimentan con los insectos perjudiciales al árbol.
- Purifican el aire al absorber el dióxido de carbono y producir oxígeno.
- Atenúan los ruidos de la calle.
- Los troncos grandes protegen a los peatones, ante eventuales accidentes de tránsito en las veredas.
- Embellecen las veredas, parques y jardines con sus flores y follajes.
- Brindan sombra en verano, y evitan así el recalentamiento de las casas y veredas.
- Algunos producen frutos comestibles.
- Atenúan los vientos fuertes.
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