Las autoridades de Haití, que sufrió el martes pasado un feroz terremoto de 7 grados en la escala de Richter, temen que la falta de salubridad y los cuerpos apiñados en las calles de Puerto Príncipe puedan desatar epidemias. El embajador del país centramericano ante el Vaticano, Carl Henri Guiteau, expresó su precupación al asegurar que “el riesgo de epidemia es real, dado que hay cadáveres y heridos en las calles. Entre la ayuda internacional está prevista la llegada de celdas frigoríficas para los cuerpos”.
Los pobladores de la isla están desorientados por la crueldad de una catástrofe que no contenta con haberlos sumergido en un desastre, arremetió el miércoles con otras dos réplicas de 4,4 y 4,7 grados, respectivamente. Las autoridades y organizaciones humanitarias confirmaron que la cantidad de muertos ya supera las 50 mil personas y calculan que la cifra ascenderá a más de 100 mil. Al mismo tiempo, habitantes de la ciudad capitalina se lanzaron al saqueo en busca de alimentos, los cuerpos yacen en las calles y muchos otros permanecen ocultos entre los escombros.
Frente a este escenario, la asistencia no cesa de arribar a la isla caribeña, pero la falta de coordinación en los vuelos y en las rutas locales sume a la colaboración humanitaria en una total desorganización. Las Naciones Unidas debieron tomar las riendas de la seguridad de Haití ya que la policía haitiana no patrulla las calles por estar dedicada a buscar a sus familias o son víctimas fatales del terremoto.
En tanto, unos 3.000 cascos azules están “patrullando e intentando mantener la ley y el orden” en Puerto Príncipe y los alrededores, según precisó el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. Por pedido de la organización, que sufrió 22 bajas, y con la autorización de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, el conjunto de oficiales estará a cargo del Comandante General retirado de la Gendarmería, Gerardo Chaumont, quien presidirá la jefatura de la Policía en Haití.
En tanto, los damnificados se guían por el impulso. Algunos optaron por dormir en las calles junto a las pilas de heridos ante el miedo de un nuevo temblor y más derrumbes. Otros, asustados por el escenario que representa la nada misma, se lanzaron a saquear mercados en la capital de Puerto Príncipe, una de las zonas más afectadas de la nación caribeña, y Naciones Unidas ya teme el saqueo de armas.
DONACIONES. Desde distintos puntos del mundo, las naciones anuncian aportes monetarios y envíos de ayuda humanitaria. El presidente norteamericano, Barack Obama, manifestó que Estados Unidos destinará inicialmente 100 millones de dólares, además de ayuda material, un portaviones y un buque hospital con 2 mil marines a bordo.
Argentina envió un avión Hércules con ayuda humanitaria. En el hospital argentino de Puerto Príncipe "los médicos atienden las 24 horas" ya que "los requerimientos son enormes porque la gente lleva a sus heridos en condición desesperante", informó el vicecanciller Victorio Taccetti. En un segundo vuelo se mandarán una planta potibilizadora de agua y quince teléfonos satelitales.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) comprometió otros 100 millones de dólares y la Comisión Europea decidió desbloquear hasta 3 millones de euros (4,3 millones de dólares) para una acción urgente de tres meses, y una suma similar será aportada por el gobierno español, que además enviará seis aviones a la nación centroamericana.
A su vez, el gobierno británico brindará 10 millones de dólares para ayuda inmediata; India donará un millón de dólares; y desde América Latina, el gobierno brasileño de Luis Inacio Lula da Silva liberará 15 millones de dólares y el envío de alimentos, agua y medicamentos.
Caritas, Arcos Dorados, Telecom, Cruz Roja – organización que recaudó en América, y en solo 24 horas, tres millones de dólares a través de mensajes de texto de 10 dólares cada uno- se sumaron a los aportes de la mayoría de los gobiernos americanos y europeos en la lucha por remitir una tragedia que convulsionó al mundo entero.
Fuente www.criticadigital.com
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