Somos un grupo de profesionales interesados en el cuidado del ambiente. Creemos que los cambios de actitud en temas ambientales comienzan cuando las personas logramos comprender, valorar y respetar el lugar donde vivimos.
Por esta razón buscamos concientizar a la comunidad aumentando su capacidad para la identificación de los problemáticas ambientales, reflexionado sobre sus posibles causas y posibles soluciones e incentivándolos a actuar en consecuencia.

13 de diciembre de 2009

Información a disposición

Harán público un registro sobre quiénes y cómo contaminan en Europa

Siguen siendo demasiadas. Las emisiones de gases de efecto invernadero atribuibles a la industria europea siguen echando por tierra no sólo los objetivos de Kioto sino también los que prevén acordarse en las reuniones de la Cumbre de Copenhague, que ya comenzaron en Dinamarca. A pesar del descenso contabilizado el pasado mes de septiembre con respecto al año 2008, motivado por los estragos de la crisis económica en la industria y los transportes europeos, el viejo continente mantiene el dudoso honor de ser uno de las piezas estrella en el tablero de las emisiones contaminantes mundiales.
Hasta ahora, el “lavado de manos” ha sido la técnica más empleada por la industria europea, compuesta por sectores muy aficionados a pasarse entre sí la pelota de la responsabilidad por las emisiones, en eterno juego circular que viene siendo muy distinto de lo que se debate y se promete al respecto. Haciendo suya la premisa de “a mayor transparencia, mayor control”, la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) y la Comisión Europea, han presentado una herramienta interactiva donde se dejarán a la vista pública los datos sobre emisiones contaminantes, así como el volumen y la clase de desechos de los complejos industriales europeo, ya sea contaminantes del suelo, el aire o el agua.
Este novedoso registro tiene como fin alcanzar la máxima transparencia en el manejo de la información, y ejercer también un cierto control tácito sobre la industria para que reduzca sus emisiones contaminantes. La herramienta incluye más de 24.000 variables de 91 tipos de sustancias consideradas contaminantes en 65 actividades económicas diferentes en los 27 estados miembros, además de Liechtenstein, Islandia y Noruega. Gracias a él cualquier ciudadano podrá enterarse de la cantidad de polución que se vierte al agua, al aire o a la atmósfera por parte de las actividades empresariales próximas a su lugar de residencia. Un paso más, y amplio, en aras de la imprescindible transparencia que debe reinar en el espacio económico europeo. Un paso más también, aunque tardío, en dirección a las pautas marcadas por el Convenio Aarhus firmado en el año 1989 y que ya abogaba por aportar a los ciudadanos una información veraz y fiable de los asuntos de relevancia ambiental acaecidos en su entorno.
Los sectores industriales incorporados al nuevo registro europeo son energía, producción de metales, minería, industria química, residuos y tratamiento de aguas residuales, producción de papel y madera, granjas y acuicultura e industria alimentaria. Las 91 sustancias contaminantes corresponden a diferentes áreas: los seis gases de efecto invernadero, metales pesados (arsénico, cadmio, cromo, cobre, mercurio, níquel, plomo y zinc), pesticidas, y sustancias orgánicas e inorgánicas.
Industrias térmicas, las más contaminantes
En el caso de las emisiones de gases de efecto invernadero, el registro permite también conocer de dónde proviene cada porcentaje. Así, el 65,7% del dióxido de carbono de las industrias procede de las plantas térmicas, seguido del 8,5% de la fabricación del cemento, 6,8% de las refinerías de gas y 5,4% de producción de hierro y acero, entre las principales. En cuanto al metano, mucho más nocivo como gas que el CO2, los principales emisores en Europa son la agricultura y la ganadería (82%), seguidas de la minería (13,2%).
Una vez hechos públicos los datos europeos acerca de las emisiones contaminantes, surge la duda de si esta medida, cuyo fin es conseguir un mayor autocontrol por parte de la industria, llega ya demasiado tarde. En efecto, la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero puede no ser suficiente para ralentizar el cambio climático, según algunos expertos entre los que destaca el científico del Instituto Tecnológico de Georgia, Brian Stone que sugiere a los políticos la necesidad de tener en cuenta la influencia de la deforestación global y la urbanización en el proceso de calentamiento global. De acuerdo con este investigador, ante el encuentro de la comunidad internacional en diciembre en Copenhague para desarrollar un nuevo acuerdo de respuesta al cambio climático, los políticos necesitan dar una seria consideración a la ampliación del rango de estrategias de gestión más allá de limitarse a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Contaminación “mar adentro”
Más aún. Hasta ahora conocíamos los nocivos efectos del cambio climático en la atmósfera terrestre, la voraz lluvia ácida, el paulatino deshielo de los polos o la escasez de las lluvias; pero el cambio climático extiende todavía más su brazo de las catástrofes y llega hasta las profundidades de los océanos. Según una investigación española, de la mano del científico del CISC Carlos Duarte, se ha dado a conocer que el 0,2 por ciento de los océanos entierra en sus sedimentos marinos el 50 por ciento de dióxido de carbono (CO2) donde puede permanecer durante millones de años.
En este sentido las previsiones son catastróficas. Todo apunta a que las emisiones de CO2 causarán extinciones de corales y crustáceos por la mayor acidez del agua, un hecho que viene provocado por el “efecto amortiguador” que tienen los océanos como importantes sumideros de gases efecto invernadero.
Para poder frenar el proceso de acidificación de los océanos, los expertos insisten en reducir las emisiones en un 25-40 por ciento en comparación con los niveles de 1990 para el año 2020, y en un 80-95 por ciento en 2050, tal y como recomendó el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
Así pues, los datos no son optimistas a pocas semanas para el comienzo de las reuniones de Copenhague, donde cada vez parece más improbable, a juzgar por la falta de consenso todavía vigente a día de hoy, que se alcance un pacto completo y vinculante sobre el régimen de reducción de emisiones entre 2012 y 2020 que sustituya al de Kioto.


Fuente: Ecosite en http://www.eco2site.com/

No hay comentarios.: