Un total de 43 nuevos guardaparques, egresados del Centro de Formación y Capacitación en Áreas Protegidas, con sede en la unidad turística de Embalse, se incorporaron a la Administración de Parques Nacionales (APN).
El titular de la APN, Héctor Espina, presidió el acto de egreso de esta nueva promoción de guardaparques, que recibieron el titulo de "Técnicos en Manejo de Áreas Protegidas", una carrera con rango universitario.
Esta primera promoción que egresa de las instalaciones que el Centro de Formación y Capacitación tiene en el centro turístico de la ciudad de Embalse, está compuesta por 43 alumnos provenientes de diferentes puntos del país.
Entre los guardaparques egresados, se cuenta con cuatro miembros de las comunidades de pueblos originarios, en una clara señal del proceso de interculturalidad que profundizó la gestión del titular del directorio, Héctor Espina.
En tal sentido, el Coordinador del Centro de Formación y Capacitación, Marcelo Ochoa, manifestó que la presencia de egresados de los pueblos Toba y Wichi, "es un orgullo institucional, compartido por los docentes y alumnos, por haber podido concretar en estos dos años, un claro ejemplo de inerculturalidad".
Los alumnos fueron seleccionados tras un proceso que incluyó pruebas de resistencia y destreza física, habilidades como conducción de vehículos 4x4 y cabalgatas, exámenes psicológicos y entrevista laboral con personal de la APN, de entre una lista de más de trescientos postulantes.
Por su parte, Espina precisó que "desde hace cinco años que no egresa una promoción de guardaparques, tras un compás de espera en que se revaluó todo el sistema de información que había de las áreas protegidas, atentos a las nuevas amenazas".
Entre éstas, destacó el incremento del turismo en las áreas protegidas, que en el último período recibieron la visita de 3 millones de turistas, y el proceso de calentamiento global que provoca la ocurrencia de incendios.
Pese a que la relación de guardaparques por hectárea es la mayor de América Latina; uno cada seis mil hectáreas frente a uno cada 25 mil del resto del continente, los nuevos desafíos obligan a la incorporación de nuevo personal.
"La cuestión de la falta de guardaparques viene planteándose. Todavía hay parques con muy poco presencia. Muchos parques tenían uno solo entramos en el 2003, pero ahora el que menos tienen son 8 o 9", agregó.
Para el futuro, Espina aspira a que se incorporen al sistema de Parques Nacionales, además de profesionales tradicionales como biólogos, otros no tradicionales como extensionistas rurales para relacionarse con el entorno.
A la ceremonia de egreso de los nuevos guardaparques, llegaron de diferentes puntos del país más de 400 personas, entre familiares, guardaparques y autoridades de la Administración de Parques Nacionales.
La formación de esta promoción incluyó materias de gabinete como Manejo y Conservación de Bienes Naturales, Biología de la Conservación, Sociología Ambiental y Derecho Ambiental y otras vinculadas con habilidades que se desarrollan en el trabajo de campo.
La carga horaria fue de casi cuatro mil horas; lo que constituye un desarrollo muy intensivo que exige dedicación exclusiva en la carrera, que se dicta en conjunto con la Universidad de Buenos Aires (UBA) a través de su Facultad de Agronomía, entidad que otorga el título correspondiente.
El titular de la APN, Héctor Espina, presidió el acto de egreso de esta nueva promoción de guardaparques, que recibieron el titulo de "Técnicos en Manejo de Áreas Protegidas", una carrera con rango universitario.
Esta primera promoción que egresa de las instalaciones que el Centro de Formación y Capacitación tiene en el centro turístico de la ciudad de Embalse, está compuesta por 43 alumnos provenientes de diferentes puntos del país.
Entre los guardaparques egresados, se cuenta con cuatro miembros de las comunidades de pueblos originarios, en una clara señal del proceso de interculturalidad que profundizó la gestión del titular del directorio, Héctor Espina.
En tal sentido, el Coordinador del Centro de Formación y Capacitación, Marcelo Ochoa, manifestó que la presencia de egresados de los pueblos Toba y Wichi, "es un orgullo institucional, compartido por los docentes y alumnos, por haber podido concretar en estos dos años, un claro ejemplo de inerculturalidad".
Los alumnos fueron seleccionados tras un proceso que incluyó pruebas de resistencia y destreza física, habilidades como conducción de vehículos 4x4 y cabalgatas, exámenes psicológicos y entrevista laboral con personal de la APN, de entre una lista de más de trescientos postulantes.
Por su parte, Espina precisó que "desde hace cinco años que no egresa una promoción de guardaparques, tras un compás de espera en que se revaluó todo el sistema de información que había de las áreas protegidas, atentos a las nuevas amenazas".
Entre éstas, destacó el incremento del turismo en las áreas protegidas, que en el último período recibieron la visita de 3 millones de turistas, y el proceso de calentamiento global que provoca la ocurrencia de incendios.
Pese a que la relación de guardaparques por hectárea es la mayor de América Latina; uno cada seis mil hectáreas frente a uno cada 25 mil del resto del continente, los nuevos desafíos obligan a la incorporación de nuevo personal.
"La cuestión de la falta de guardaparques viene planteándose. Todavía hay parques con muy poco presencia. Muchos parques tenían uno solo entramos en el 2003, pero ahora el que menos tienen son 8 o 9", agregó.
Para el futuro, Espina aspira a que se incorporen al sistema de Parques Nacionales, además de profesionales tradicionales como biólogos, otros no tradicionales como extensionistas rurales para relacionarse con el entorno.
A la ceremonia de egreso de los nuevos guardaparques, llegaron de diferentes puntos del país más de 400 personas, entre familiares, guardaparques y autoridades de la Administración de Parques Nacionales.
La formación de esta promoción incluyó materias de gabinete como Manejo y Conservación de Bienes Naturales, Biología de la Conservación, Sociología Ambiental y Derecho Ambiental y otras vinculadas con habilidades que se desarrollan en el trabajo de campo.
La carga horaria fue de casi cuatro mil horas; lo que constituye un desarrollo muy intensivo que exige dedicación exclusiva en la carrera, que se dicta en conjunto con la Universidad de Buenos Aires (UBA) a través de su Facultad de Agronomía, entidad que otorga el título correspondiente.